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Organiza una rodada para disfrutar las fiestas de noviembre
3 noviembre 2021 La fascinación por la muerte en la cultura mexicana viene desde la época prehispánica. Cuando alguien moría, sus familiares realizaban ritos con la intención de guiarlos en su recorrido hacía el Mictlán. Con el paso del tiempo estas ceremonias se han transformado, actualmente la celebración del Día de Muertos es una de las tradiciones más importantes en México. Se trata del retorno temporal de las ánimas al mundo de los vivos, para visitar a los suyos y disfrutar de los altares que son erguidos en su honor.

La mezcla de colores, aromas y el misticismo que rodean a esta fecha le permitieron ser reconocida desde 2003 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Aunque en esencia la festividad es la misma, en cada región de nuestro país los rituales tienen ciertas peculiaridades que los vuelven únicos. El Día de Muertos está por llegar, aún estamos a tiempo de elegir un destino, tomar nuestra motocicleta y dirigirnos a una aventura memorable.

Indian Motorcycle preparó esta lista de destinos para organizar una rodada de fin de semana, ya sea sólo, en pareja o con todo tu crew. Te aseguramos que podrás vivir una de las mejores experiencias de tu vida.

Campos de Cempasúchil.

Uno de los detalles que más salta a la vista durante esta época del año, son sin duda los tonos naranjas y amarillos del cempasúchil, planta endémica del continente americano que florece después de la época de lluvias, de julio a noviembre, lo que le permite estar lista para la temporada. En la zona centro del país pueden disfrutarse cientos de campos de esta flor que se extienden por varias hectáreas. Los más conocidos e instagrameables se encuentran en las afueras de Atlixco, en el estado de Puebla, sin embargo, existen otras opciones como lo son los sembradíos en Doxey, Hidalgo, a menos de dos horas de la CDMX podrás disfrutar de postales increíbles con sólo orillar tu motocicleta, además, la región se caracteriza por su exquisita barbacoa y delicioso pulque.

Catrinas ancestrales.

La mejor forma de entrar en contacto con nuestros antepasados y sus tradiciones es sin duda visitar una zona arqueológica. La mejor opción puede ser Teotihuacán en el Estado de México, en donde además de la cumbre de catrinas, en la cual más de 5 mil personas desfilan caracterizadas desde el pueblo de San Juan hasta las pirámides, se instala una mega ofrenda que mezcla elementos ancestrales con algunos contemporáneos. También se puede disfrutar de un espectáculo de proyección sobre las pirámides del Sol y la Luna.

Celebrar la muerte con la luz y la vida.

Chignahuapan es un pueblo mágico ubicado en el estado de Puebla, es nacionalmente conocido por su producción de esferas y adornos navideños que llenan de alegría y color los árboles de prácticamente todo el país en las fiestas decembrinas, sin embargo, eso no es todo. En el marco del Día de Muertos se lleva a cabo el Festival de la luz y la vida, uno de los más esperados en la zona centro de México, ya que se trata de un espectáculo con tintes prehispánicos, que a través de una representación nocturna con música, danza y gastronomía, pretende mostrar al público las ceremonias y rituales que las almas tenían que completar para pasar los nueve niveles del inframundo y purificar sus almas antes de llegar al Mictlán.

Las 3 huastecas.

En México existen tres huastecas: La potosina, la hidalguense y la veracruzana. Todas tienen en común la gran celebración del Xantolo, palabra que viene del náhuatl y significa “fiesta de los muertos”. Esta tradición no sólo es la más extensa geográficamente, ya que se celebra en algunas partes de Veracruz, el sur de Tamaulipas, parte de Hidalgo y San Luis Potosí, si no también en cuanto a duración. Todo comienza en mayo, cuando inician las siembras en la región, las familias adquieren cerdos y guajolotes con la intención de engordarlos y ofrecerlos en honor a los difuntos que vienen de vista, a mediados de junio y principios de agosto comienzan a sembrar la “flor de terciopelo” y el cempasúchil que utilizan para adornar los altares, construir arcos y caminos con sus pétalos para poder recibir a sus muertos. La tarde del primero de noviembre las campanas de todas las iglesias comienzan a replicar para anunciar el arribo de las ánimas que han llegado a su celebración.

Una luz en medio del lago.

Una leyenda Purépecha dice que al morir, las almas vuelan como mariposas monarcas sobre un lago encantado hasta la Isla de Janitzio y sólo se necesita abrir el corazón para que al atravesar el lago en lancha, se puedan ver las almas reflejarse entre las aguas del Pátzcuaro. Janitzio es una de las cinco islas que existen en el tercer lago más grande del país, aquí, durante la noche del uno de noviembre sus habitantes abarrotan los cementerios, llevando hasta las tumbas ofrendas florales, pan, frutas y objetos para recordar a todos aquellos que ya no están entre nosotros, encienden cientos de veladoras que iluminan los camposantos hasta el amanecer.

Traer de vuelta a los muertos.

Una de las tradiciones más impactantes de la temporada es sin duda la “Limpieza de los Santos Restos” que se realiza en Pomuch, Campeche. Consiste literalmente en exhumar los esqueletos con la intención de limpiar los huesos. Además, son vestidos con ropa nueva y venerados por todos sus familiares. Es importante señalar que mínimo deben de pasar tres años desde el deceso para poder desenterrar el cuerpo, ya que de lo contrario podría tener aún vestigios de piel. En 2017 esta tradición fue inscrita como Patrimonio Cultural del Estado.

La pared de calaveras.

En Jalisco se encuentra el pueblo de Ajijic, a las orillas del lago de Chapala, en donde, además de disfrutar de los tradicionales tapetes de aserrín y los altares que se extienden por todo el malecón, podrás admirar el “muro de los muertos”. Se trata de una pared recubierta con más de mil piezas de barro rojo en forma de calavera inspirada en el Tzompanti, un altar prehispánico con forma de bastidor en donde se mostraban públicamente cráneos humanos con el fin de honrar a los dioses. La instalación es permanente en las paredes de los edificios frente a la iglesia principal del pueblo, sin embargo, el uno y dos de noviembre, en cada pieza de barro es colocada una veladora, lo que la convierte en una experiencia simplemente maravillosa.
 
 
 
 
   
 
 
 
 

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